jueves, 27 de noviembre de 2025

ECO DEL PACIFICO

 La jorobada de Manzanillo, Colima 



En el puerto de Manzanillo, junto al mar que canta y brilla,
nace una historia de vida, memoria en la costilla.

No de bronce ni de Piedra, ni cincel de artista amado,
sino hueso real y blanco, por el tiempo preservado.


En el jardín Álvaro Obregón, donde la brisa se posa,
descansa un gigante noble, figura majestosa.


Mayo veintidós fue el día, del año 
veintitrés,
que el esqueleto de la Megaptera se
mostro por vez primera, altivez.


La Universidad de Colima, con
 ciencia y dedicación,
limpio cada vértebra, con espero y
con pasión.


Un mensaje trae consigo, la ballena 
en su osamenta:
del cuidado de la vida que el óceano 
sustenta.


De octubre hasta abril navegan, las
reinas del horizonte,
pero esta se queda anclada, como un faro en el monte.


Un recordatorio mudo, un simbolo de la mar,
para que el hombre comprenda y aprenda a conservar.


Junto al Pez vela icónico, un nuevo 
guardián se erige,
la osamenta de la ballena, que al 
alma del puerto dirige.


Un monumento a la vida, frágil bajo
 el sol ardiente.
que nos habla del respeto al gigante 
del poniente.


Silvia Cano Garcia

(todos los derechos reservados)







miércoles, 26 de noviembre de 2025

VAQUITA MARINA


EL ÚLTIMO SUSPIRO DEL MAR DE CORTÉS 

POR Silvia Cano Garcia 

 


Un alma solitaria en el mar de cortés,

la vaquita marina, que se desvanece a la vez.


Con su pequeña talla, de apenas metro y medio,

nariz achatada, destino y remedio.


Es el cetáceo más pequeño del planeta,

con anillos oscuros que su ojo decreta.


Solo habitan en México, un tesoro

nacional.


Una maravilla única, de belleza sin igual.


Su aleta dorsal es alta y su cuerpo gris,

Un fósil viviente que pronto dejará raíz.


Come calamares, cangrejos y peces del fondo,

en el alto Golfo de California, su mundo.


Su población es crítica, menos 

de diez quedan ya,

víctima de las redes, la muerte llega y se va.


La totoaba es la causa, un pez en veda y prohibido,

su vejiga de oro, un mercado sin sentido.


Una trampa mortal, la "red agallera",

que a la vaquita atrapa, como si fuera 

efímera.


Con un siglo de edad, su historia se 

hace breve.


Una extinción inminente, que al 

corazón nos mueve.


Su hábitat se reduce, la esperanza es

 escasa,

salvar a la vaquita, la misión que nos 

traspasa.


Un ruego al mar y al cielo, por este 

ser tan querido,

que la vaquita marina, no sea un 

sueño perdido.










jueves, 20 de noviembre de 2025

PANCHO VILLA


Pancho Villa, Centauro del Alba

(Poema Biográfico) 

De la Coyotada, arrullo de viento y peñas,
brotó un hombre, Doroteo, de hondas enseñas.
La tierra labrada, su primer lamento,
hasta que la injusticia le robó el aliento.

En Chihuahua el destino le dio un nuevo nombre,
Pancho Villa, el que a la tiranía asombre.
Con Madero en el alma, prendió la llama pura,
jinete del alba, sin miedo a la espesura.

La División del Norte, su legión de acero,
en la vastedad del llano, el primer guerrero.
Su estampa de caudillo, carisma y coraje,
para el rico un espectro, para el pueblo un linaje.

En Columbus, un grito, relámpago en la noche,
despertó el gigante del norte con su derroche.
Pershing, el cazador, de paso vano y ciego,
no pudo apresar el fantasma, hecho de fuego.

En el veinte, la tregua, un pacto de paz,
con Adolfo de la Huerta, su retiro fugaz.
A "El Canutillo" fue, a  sembrar la labranza,
buscando en el surco, una postrera esperanza.

Pero el plomo acechaba, en la sombra 
escondido,
en Parrar, Chihuahua, el final, no el olvido.
Un 20 de julio, emboscada fatal,
cayó el Centauro, figura inmortal.

Su alma es el corrido, que el viento transporta,
Pancho Villa, caudillo, que en memoria brota.
Héroe y bandido, en la historia un arcano,
el hombre que cabalgó con el fusil en la mano.


Silvia Cano García 
(Todos los derechos reservados )

lunes, 10 de noviembre de 2025

LA BALLENA

"Crónica del gran cetáceo"



 Gigante que navega el mar profundo,

hermana en el aliento, del mismo mundo,

escucha el lamento que tu espíritu evoca,

la verdad de la vida, que mi voz ahora toca.


Naciste  en  las frías aguas, del norte  o del sur,

viajas a las cálidas, a dar a luz,

Tú existencia  es un hilo en la gran red,

tejido con la nuestra, saciando una sed,


Cada aleta que mueves, cada salto y cantar,

enlaza mi destino con la sal del mar.

Lo que a ti te suceda, al hombre sucederá,

pues todo está unido, nada separado está.


El plástico que tragas, la red que te aprisiona, 

el barco que te hiere, el veneno que te emponzoña,

es el mismo veneno que en mi sangre corre,

es la misma cadena que mi espíritu corroe.


Si tus aguas se enferman, mi alma enfermará,

si tus cantos se extinguen, mi canto acabará.

Somos  parte de la tierra, la tierra es nuestra madre,

y el daño a la ballena, es el daño a mi padre.


Honra tu vida, honra tu existir,

pues en tu supervivencia, está mi porvenir.

Cuidemos los mares, el cielo y la flor,

pues todo es un círculo y todo es amor.

 

Silvia Cano Garcia

(todos los derechos reservados )

martes, 4 de noviembre de 2025

El Alcalde, su Sombrero y su Tierra


Por Silvia Cano García


 En Uruapan, tierra verde y brava,

una figura con sombrero andaba.

Carlos Manzo, el nombre que la gente dio,

un hombre del pueblo que al poder subió.


Con Ciencias Políticas en su saber,

más con las manos listas para hacer.

Farmacias gratuitas, un gesto de amor,

sembrando esperanza y mitigando dolor.


De diputado a Alcalde, con voto valiente,

primer independiente, un caso elocuente.

"El del sombrero", le decían con fervor,

un líder que el cambio quería con ardor.


Bajo la sombra del Parque Nacional, 

donde el Cupatizio fluye natural,

entre helechos gigantes y agua cristalina,

soñó con un Uruapan que al fin se ilumina.


Cerca la Tzaráracua, "cedazo" purépecha,

cascada imponente, belleza que  estrecha 

 el lazo con la tierra, con fuerza y rumor,

que Manzo quería libre de todo opresor.


Y en la distancia, la oscura memoria,

del volcán Paricutín, su efímera gloria.


Nacido de un surco, en un día fatal,

recordando a los hombres su ser temporal.


Al "Bukele mexicano" le apodaron, tal vez,

pero el era Manzo, con su propia tez.

De frente a la Mafía, sin miedo a callar,

sus denuncias valientes no dejaban  de hablar.


Sabía del peligro, sentía el temor,

pidió protección, más fue en vano el clamor.

En la plaza pública, con la noche de velas,

la violencia cobarde apagó sus querellas.


un primero de noviembre, un disparo fatal,

silenció la voz del líder local.

la historia recuerda su paso fugaz,

un hombre que buscó en la guerra, la Paz.


Su legado queda en cada rincón,

de un alcalde que tuvo un gran corazón.

Carlos Manzo, el hombre el político fiel,

marcado por un destino cruel.


Silvia Cano Garcia

( Todos los derechos reservados)

  







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