The virtual Diego Rivera web museum
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Diego María Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez, mejor conocido como Diego Rivera.
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El hombre controlador del universo, también conocido como El hombre en el cruce de caminos, es un mural pintado por Diego Rivera en 1934 para el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México. |
El tema central, el eje de la obra mural de Diego Rivera son los hombres: los hombres haciendo su historia y esos hombres están divididos en dos los "personajes " de la historia (con un nombre y un rostro particular ) y las masas (anonimas y en general sin rostro )
su concepción de la historia, al igual que en la concepción oficial, hay villanos por ejemplo Hernán Cortes o Porfirio Diaz, y los buenos salvadores de la patria como Miguel Hidalgo, Benito Juarez, Francnisco y Madero, Zapata.
Diego Rivera, en una epoca de su vida milito en el partido comunista, y trotskiasmo,fue de ideas socialistas, pero su obra esta mas marcada por una visión judeo-cristiana un ejemplo de esto es su cración en la escuela nacional preparatoria.
experimento con la técnica del fresco. Esta técnica consiste en pintar directamente sobre la argamasa (mezcla de cal y arena) mojada, para que el color penetre y, al secarse aquélla, lo fije.
En Europa, Rivera expuso en Madrid y en París. En 1920 fue a Italia a estudiar los frescos del Renacimiento que allí se conservan, e investigó la técnica mural del pintor renacentista italiano Giotto, cuya influencia lo hizo apartarse del movimiento cubista, para indagar con mayor profundidad en las escenas sociales de su entorno. Antes de embarcarse, Diego tenía en cartera centenares de bocetos para ejecutarlos a su regreso.
ir al enlace http://www.museodoloresolmedo.org.mx/portfolio-item/diego-rivera/http://www.google.com/culturalinstitute/collection/museo-dolores-olmedo?hl=en&projectId=art-project
Carta de Frida Kahlo a
Diego Rivera
Espejo de la noche.
Tus ojos espadas verdes dentro de mi carne,
Ondas entre nuestras manos.
Todo tú en el espacio lleno de sonidos
-en la sombra y en la luz-.
Tú te llamas AUXOCROMO -el que capta el color-.
Yo CROMOFORO –la que da el color-.
Tú eres todas las combinaciones de los números. La vida.
Mi deseo es entender la línea
la forma la
sombra el movimiento.
Tú llenas y yo recibo.
Tu palabra recorre todo el espacio
Y llega a mis células
que son mis astros
y va a las tuyas que son mi luz.
Auxocromo - Cromoforo
Era sed de muchos años retenida en nuestro cuerpo.
Palabras encadenadas que no pudimos decir
sino en los labios del sueño.
Todo lo rodeaba el milagro vegetal
del paisaje de tu
cuerpo.
Sobre tu forma, a mi tacto respondieron
las pestañas de las flores, los rumores de los ríos.
Todas las frutas había en el jugo de tus labios,
la sangre de la granada,
el tramonto del mamey
y la piña acrisolada.
Te oprimí contra mi pecho
y el prodigio de tu forma penetró
en toda mi sangre por la yema de mis dedos.
Olor a esencia de roble,
a recuerdo de nogal,
a verde aliento de fresno.
Horizontes y paisajes que recorrí con el beso.
Un olvido de palabras
formará el idioma exacto
para entender las miradas
de nuestros ojos cerrados.
Estás presente, intangible
y eres todo el universo
que formo en el espacio
de mi cuarto.
Tu ausencia brota temblando
en el ruido del reloj; en el pulso de la luz;
respiras por el
espejo.
Desde ti hasta mis manos, recorro todo tu cuerpo,
y estoy contigo un minuto
y estoy contigo un momento.
Y mi sangre es el milagro
que va en las venas del aire
de mi corazón al tuyo.
LA MUJER.
EL HOMBRE.
El milagro vegetal del paisaje de mi cuerpo
es en ti la naturaleza entera.
Yo la recorro en vuelo que acaricia con mis dedos
los redondos cerros, penetran mis manos
los umbríos valles en ansias de posesión
y me cubre el abrazo de las ramas suaves,
verdes y frescas.
Yo penetro el sexo de la tierra entera,
me abraza su calor y en mi cuerpo
todo roza la frescura de las hojas tiernas.
Su rocío es el sudor de amante siempre nuevo.
No es amor, ni ternura, ni cariño,
es la vida entera, la
mía, que encontré al verla
en tus manos, en tu boca y en tus senos.
Tengo en mi boca el sabor almendra de tus labios.
Nuestros mundos no han salido nunca afuera.
Solo un monte conoce las entrañas de otro monte.
Por momentos flota tu presencia,
como envolviendo todo mi ser
en una espera ansiosa de mañana.
Y noto que estoy contigo.
En este momento lleno aún de sensaciones,
tengo mis manos
hundidas en naranjas,
Y mi cuerpo se siente rodeado por tus brazo
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