viernes, 18 de mayo de 2012

CORDIAL INVITACION A CURSO TALLER DOCENTES 2.0



Animate a participar con tus reflexiones ,experiencias, aportes en los debates sera enriquecedor para tus pares y otros publicos.
Iniciamos el viernes 01 de junio del 2012
Lugar : Centro Interativo de Aprendizaje  Multimedia.Manzanillo, Colima.
Hora: 10:00 A.M

Para empoderarse del concepto de sociedad del conocimiento, comparto con Ustedes,el siguiente tutorial, espero sea un aporte un abrazo digital.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Carlos Fuentes como escritor no Muere, lamentablemente perdimos al Analista Politico

Biografía.

Carlos Fuentes nació de padres mexicanos en Panamá, el 11 de noviembre de 1928 y falleció a los 83 años en la Ciudad de México, el 15 de mayo de 2012. Su padre era diplomático, y pasó su infancia en diversas capitales de América: Montevideo, Río de Janeiro, Washington D.C, Santiago de Chile, Quito y Buenos Aires, ciudad a la que su padre llega en 1934 como consejero de la embajada de México. Los veranos los pasa en la Ciudad de México, estudiando en escuelas para no perder el idioma y para aprender la historia de su país. Vivió en Santiago de Chile (1940-1944) y Buenos Aires en donde recibió la influencia de notables personalidades de la esfera cultural americana.
Llegó a México a los 16 años y entró en la preparatoria en el Centro Universitario México. Se inició como periodista colaborador de la revista Hoy y obtenía el primer lugar del concurso literario del Colegio Francés Morelos.
Se graduó en leyes en la Universidad Nacional Autónoma de México y en economía en el Instituto Altos Estudios Internacionales de Ginebra. En 1972 fue elegido miembro de El Colegio Nacional, fue presentado por el poeta Octavio Paz y su discurso de ingreso fue "Palabras iniciales"
Murió el 15 de mayo de 2012, a los 83 años de edad, en la Ciudad de México.

La obra “Aura” de Carlos Fuentes fue publicada en Periolibros, exitoso proyecto de la UNESCO destinado a la promoción de la lectura en toda América Latina. Igualmente, fue una de las figuras del programa Encuentro de dos Mundos, concebido para conmemorar el quinto centenario del descubrimiento de América en 1492. Esta efeméride representó la ocasión de evocar las circunstancias y las consecuencias del acercamiento de los pueblos y de las culturas. Carlos Fuentes estuvo profundamente comprometido en la reflexión y las actividades del Decenio Mundial para el Desarrollo Cultural (1988-1997), que constituyó una de las primeras iniciativas mundiales para el reconocimiento de los derechos culturales y la promoción de la cultura para el desarrollo.
Diplomático en la Organización Internacional del Trabajo, Embajador de México en Francia de 1974 a 1977, Carlos Fuentes fue profesor de literatura en lenguas española e inglesa en diferentes universidades de Europa y de los Estados Unidos. En 1958 publicó “La Región más Transparente”, gran fresco que retrata la vida en la ciudad de México en los años 40 y 50. Su novela “Terra Nostra” obtuvo en 1977 el Premio Rómulo Gallegos, considerado como una de los más altos galardones literarios de América Latina. Laureado con el prestigioso Premio Cervantes por el conjunto de su obra en 1987, Carlos Fuentes fue miembro del Jurado Internacional para la proclamación por la UNESCO de obras maestras del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad. Recibió la medalla Picasso de la UNESCO en 1994.



Gringo Viejo es una novela del escritor  Carlos Fuentes, aparecida en 1985. Cuenta la historia de un escritor y columnista estadounidense que lo abandona todo, para cruzar la frontera mexicana con el propósito de unirse a las tropas de Villa. Basada en la historia real del periodista y escritor Ambrose Bierce, Gringo Viejo fue la novela que lanzó a Carlos Fuentes a la fama, convirtiéndose en el primer best seller de un autor Panameño  Mexicano en la ciudad de Nueva York.

Argumento:

Gringo viejo refleja la tensión con que viven los mexicanos la relación entre su país y los EEUU. Pero, por sobre todas las cosas, el autor ha querido demostrar que los destinos no pueden analizarse solamente desde una perspectiva política. Plantea contrapuntos: amor-violencia, vida-muerte, el traspaso de los límites de nuestras propias fronteras internas, de lo individual a lo colectivo, de lo político a lo afectivo, de la realidad a la ficción. La temática central gira alrededor de los avatares de la Revolución mexicana con sus diferentes manifestaciones de terror y su profundo sentir popular hasta llegar a la degeneración del compromiso final con el capitalismo rapaz, el dominio y la corrupción. La figura central de la novela está basada en el conocido periodista y escritor Ambrose Bierce, que trabajó para el magnate de la prensa americana William Randolph Hearst, al que sirvió fielmente, contribuyendo, con su servicio, al engrandecimiento de su imperio. Sin embargo, lo despreciaba visceralmente. El Gringo Viejo fue a morirse a México. "Los gringos se pasan la vida cruzando fronteras, las suyas y las ajenas", dijo el coronel Frutos García. Pero, este gringo había cruzado el río Grande porque ya no tenía fronteras que cruzar en su propio país. "Hay una frontera que sólo nos atrevemos a cruzar de noche: la frontera de nuestras diferencias con los demás, de nuestros combates con nosotros mismos", había dicho el gringo viejo. Alto, flaco, de pelo blanco, ojos azules, tez rosada y unas arrugas como surcos de maizal, allí estaba el hombre que venía a morir violentamente a manos de otros, porque lo prefería así, antes que morir de decrepitud o por sus propios medios, como lo habían hecho sus hijos. Quería ser un cadáver bien parecido, y la tropa revolucionaria lo recordará oliendo a colonia, piel rasurada: su última vanidad o el ansia de cumplir el último sueño americano. Con su Colt 44 demostró que aún quedaban restos del que fue general en el noveno regimiento de voluntarios en la Guerra Civil Norteamericana, y el general Arroyo no tuvo más remedio que aceptarlo en su tropa. En el vagón privado del general Arroyo, el gringo superó con la paciencia de sus antepasados protestantes su arrogancia, al tiempo que frenaba un sentimiento: el afecto paternal que le inspiraba".

viernes, 11 de mayo de 2012


 La novela del autor mexicano Juan Rulfo ha supuesto uno de esos “bestsellers” de mucho tiempo, desde su publicación en 1955 se sucedieron ediciones y más rediciones de la novela corta que ha sido tan leída durante tanto tiempo y que sigue siendo considerada una de las grandes obras literarias del Siglo XX, una influencia a la que el han rendido honores escritores de gran fama que encontraron en “Pedro  Páramo” la obra de un talento literario como ninguno, Borges la consideró una de las mejores novelas latinoamericanas del siglo XX y García Márquez la consideró uno de los mejores libros que leyó jamás, a  muchos más autores deslumbró y a muchas  generaciones  ha cautivado y seguirá cautivando.

 Rulfo nos lleva de la mano de una historia que algunos sitúan como parte de un movimiento que llegaría después “realismo mágico” a la historia del México rural, la guerra mexicana, las realidades y las esperanzas, el escribir en un estilo propio y diferente que ya ha llevado trabajo de expertos al tratar de comprender qué llevo a Rulfo a escribir “Pedro Páramo” en una sucesión de capítulos que no llevan una secuencia lógica.

La historia que se nos traslada de Juan Preciado camino a Cómala para encontrar a su padre, cumpliendo la promesa hecha a su madre en el lecho de muerte, nos lleva a un pueblo fantasmal a donde todo parece nada atractivo y Juan Preciado se encuentra con un padre y su imagen idealizada que no corresponde a la realidad, el hombre joven tiránico y ambicioso, el adulto amargado y frustrado por un amor que no se logró cristalizar. Un hijo que va tras la imagen que se ha forjado en su pensamiento del padre ausente, idealizado, superior, diferente, sus alucinaciones auditivas y visuales, que ya han hecho pensar a los expertos en una condición mental de nuestro protagonista Preciado y no con ese estilo que ya se conoce como el realismo mágico de la literatura de Latinoamérica posterior a Pedro Páramo, sea por lo que sea, la desfragmentación de las situaciones, los personajes, la novela toda, esas palabras con las que empieza “Vine a Cómala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo” calan hondo y te hacen leer hasta el final, una novela corta ciertamente, y maravillarte como se maravillaron tantos grandes.


miércoles, 9 de mayo de 2012

5to. Maratón de Lectura, lunes 23 de Abril de 2012, Presentación de Resultados


OBJETIVO:Acercar a partir de la Comunidad  Universitaria el mayor
numero de personas a practicas de lectura.

Silvia Cano Garcia , Trasmitimos  el Mensaje de la Sra. Irina Bokova, Directora General de la UNESCO,con motivo del día mundial del libro.
 El éxito del Mundial del Libro y del derecho de Autor dependerá principalmente en el apoyo recibido de todas las partes implicadas: autores, editores, profesores, bibliotecarios, instituciones públicas y privadas, organizaciones no gubernamentales y los medios de comunicación.

Índice del cartel Translationum 80o aniversario © UNESCO
Índice del cartel Translationum 80o aniversario © UNESCO
Ellos han sido movilizados en cada país por las Comisiones Nacionales, los Clubs UNESCO, Centros y Asociaciones, Escuelas Asociadas y Bibliotecas, y por todos aquellos que se sientan motivados a participar en esta celebración de libros y autores de todo el mundo. El año 2012 también marca el 80 aniversario del Index Translationum. Esta bibliografía internacional de traducciones ofrece una herramienta única para el control de los flujos de traducción en el mundo. La UNESCO celebrará este aniversario con la organización de un debate sobre este instrumento. Esta reunión, que tendrá lugar en la Sede de la UNESCO sobre 23 de abril 2012 , reunirá a investigadores y usuarios del Index Translationum, así como especialistas en el campo de los mercados de traducción y el libro .

En consecuencia, la UNESCO sugiere que las actividades organizadas en cooperación con el Libro Mundial de este año y el enfoque del Derecho de Autor sobre los temas de los libros y la traducción .

La Presidenta Municipal de Manzanillo, Rosario Yeme López,dando la Introducción de Octavio Paz
Ensayo.
No son pocos los escritores, es decir: novelistas, cuentistas, periodistas, poetas, guionistas, dramaturgos y todo aquel que se gana la vida con la palabra, quienes opinan que la obra de Octavio Paz, fue la mayor aportación de las letras mexicanas del siglo pasado. Su obra extensa; nunca carente de interés, a menudo sorprende por su claridad narrativa. Cultivó la poesía y el ensayo, pero, como una novela bien estructurada, su obra nos platica algo. Nos lleva de la mano por el camino de la reflexión y la pregunta, del amor y la duda, de la vida y la muerte. Es precisamente, el carácter analítico de su obra, el factor fascinante de su prosa. “El Laberinto de la Soledad”, es un estudio del mexicano, no del criollo ni el mestizo, no del indígena, ni el descendiente de padres o abuelos extranjeros, no del chilango o el jalisquillo, tampoco del jarocho ni del norteño: sino de todos ellos y muchos más. Su vigencia es impactante.
Contiene ocho capítulos y un apéndice en los cuales recorre la historia de México. Sus momentos simbólicos y dramáticos. Su lectura es un deleite.


El  Delegado Regional N°1 de la Universidad de Colima, Lic. Jose Martin Torres Ríos compartiendo la Obra Las batallas en el desierto del escritor Mexicano Jóse Emilio Pacheco. al Publico Presente en el Auditorio del Centro de Tecnologia Educativa U de C.
  Nos narra la historia de Carlos, un niño de ocho años, en el contexto sociopolítico del México de la postguerra. En la novela se hace referencia a la cultura popular de la época (mencionando a personajes como Tin-Tán, Pedro Infante, entre otros), a los cambios tecnológicos (automóviles, aparatos electrodomésticos) y a los nuevos hábitos de consumo (refrescos embotellados, pan de barra, salsa "ketchup") que llegaban de los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. Carlos vive en la colonia Roma de la Ciudad de México, asentamiento de una numerosa colonia extranjera árabe, judía y oriental, así como de mexicanos provenientes de diferentes ciudades del país. Su familia es de la clase media; su madre proviene de una familia conservadora, y su padre posee una compañía de jabones, la cual ha entrado en bancarrota debido a la invasión del detergente en polvo, otro nuevo producto de aquella época.
El nombre "las batallas en el desierto" alude a la guerra que culminó en la formación del Estado de Israel, en 1948. Así mismo, es el juego en el que niños de diferentes orígenes étnicos se enfrentan a la hora del recreo en las escuelas primarias de la Colonia Roma. En la escuela, Carlos se hace amigo de Jim, un niño nacido en los Estados Unidos. Un día, Jim invita a Carlos a comer a su casa; ahí Carlos conoce a Mariana, la madre de Jim, una guapa mujer de veintiocho años de quien el pequeño Carlos se enamora perdidamente. Jim es hijo natural de un periodista estadounidense que no quiso reconocerlo y Mariana es amante de varios prominentes políticos mexicanos, pero ambas circunstancias se las oculta a su hijo.
Otro día, Carlos engaña a su profesor pidiendo permiso para ir al baño pero en realidad sale durante plena clase al departamento de Jim. Allí encuentra sola a Mariana y le declara que está enamorado de ella. Mariana reacciona de forma comprensiva pero le deja claro de que nunca podrá haber nada entre los dos.
Después de que los padres de Carlos se enteraron de lo sucedido, obligan a Carlos a confesarse ante la iglesia e ir al psiquiatra. Carlos se queja de que nadie comprenda el significado de su confesión de amor hacia Mariana; para su madre es un escándalo y un insulto a su decencia (pues duda de la buena reputación de Mariana por ser madre soltera); para su padre, Carlos está mal de la cabeza; el sacerdote sólo se preocupa de verificar si el niño no cometió pecados contra la pureza (lujuria o masturbación) y su hermano Héctor (un aventurero empedernido que hostiga hasta a las empleadas domésticas) está intrigado por saber si Carlos al menos intentó alguna aventura sexual con Mariana. Cambian a Carlos de escuela y su familia entra en una época mejor en la cual su padre trabaja para las mismas empresas que antes lo dejaron en bancarrota. Héctor, hermano de Carlos quién entró a la cárcel tras una riña y que es el conflictivo de la familia, llega a estudiar en Chicago; sus hermanas, una de las cuales ha tenido un amorío con un actor fracasado que terminó ahorcándose, se van a Texas.
Importante Empresario y Directivo de Medio de Comunicación
en el Estado de Colima. Don Carlos Valdez, Participo en el 5to. Maratón de Lectura
su apoyo contribuyo al éxito del Mundial del Libro lunes 23 de Abril del 2012.

El representante de Radio Hugo Sandoval, comenta otros argumentos  de la Obra Las Batallas en el Desierto, del Escritor Mexicano Jose Emilio Pacheco.

La historia se desarrolla en México, cuando estaban bajo el gobierno de Miguel alemán, por lo años 50, durante este gobierno México atraviesa por problemas de corrupción, influencismo, etc.; pero también es la etapa en donde México habré el comercio y permite la entrada de productos extranjeros. La sociedad es muy exaltada y sorprendida, debido a que se escandalizaban de una manera muy fácil (que fue por el amor de Carlitos). En lo que consta en lo religioso el padre que hace su participación se escandaliza y le hace preguntas con morbo a Carlitos.
Época, Autor y Obra
La novela muestra varios sentimientos, uno de ellos es la tristeza y pena por las condiciones económicas de las personas de ese tiempo y como los productos extranjeros acaban con los nacionales. Otro pudiera ser la contrariedad debido a que algo que no era tan malo la gente se escandalizo como si fuera lo peor de este mundo. La obra hecha por José Emilio Pacheco que data de la etapa del cambio de un México tradicional al contemporáneo utiliza un lenguaje sencillo que permite una fácil comprensión y permite darle una claridad mejor a lo que el nos quiere expresar.
Ideas principales
  • El amor imposible de Carlitos por la mama de Jim
  • La corrupción del país
  • La entrada de muchos productos extranjeros, sepultando a los mexicanos.
  • El cambio del México tradicional al México moderno
  • El comportamiento de la sociedad que es de manera escandalizante ante un insignificante suceso.
  • El comportamiento de la iglesia ante este suceso.
  • Lo conservador de las personas de esa época


Libreria de la Universidad de Colima Altexto cada año participa en el Maratón de Lectura.

Libreria Educal participando en el 5to. Maratón de Lectura.


Pero no pensé cumplir mi promesa. Hasta que ahora pronto comencé a llenarme de sueños, a darle vuelo a las ilusiones. Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel señor llamado Pedro Páramo, el marido de mi madre. Por eso vine a Comala. Era ese tiempo de la canícula, cuando el aire de agosto sopla caliente, envenenado por el olor podrido de la saponarias.
El camino subía y bajaba: "Sube o baja según se va o se viene. Para el que va, sube; para él que viene, baja."
-¿Cómo dice usted que se llama el pueblo que se ve allá abajo?
-Comala, señor.
-¿Está seguro de que ya es Comala?
-Seguro, señor.
-¿ Y por qué se ve esto tan triste?
-Son los tiempos, señor.
Yo imaginaba ver aquello a través de los recuerdos de mi madre; de su nostalgia, entre retazos de suspiros. Siempre vivió ella suspirando por Comala, por el retorno; pero jamás volvió. Ahora yo vengo en su lugar. Traigo los ojos con que ella miró estas cosas, porque me dio sus ojos para ver: "Hay allí, pasando el puerto de Los Colimotes, la vista muy hermosa de una llanura verde, algo amarilla por el maíz maduro. Desde ese lugar se ve Comala, blanqueando la tierra, iluminándola durante la noche." Y su voz era secreta, casi apagada, como si hablara consigo misma... Mi madre.
-¿Y a qué va usted a Comala, si se puede saber? -oí que me preguntaban.
-Voy a ver a mi padre contesté.
-¡Ah! - dijo él.
Y volvimos al silencio.
Caminábamos cuesta abajo, oyendo el trote rebotado de los burros. Los ojos reventados por el sopor del sueño, en la canícula de agosto.
-Bonita fiesta le va a armar -volví a oír la voz del que iba allí a mi lado-. Se pondrá contento de ver a alguien después de tantos años que nadie viene por aquí.
Luego añadió:
-Sea usted quien sea, se alegrará de verlo.
En la reverberación del sol, la llanura parecía una laguna transparente, deshecha en vapores por donde se traslucía un horizonte gris. Y más allá, una línea de montañas. Y todavía más adelante, la más remota lejanía.
-¿Y qué trazas tiene su padre, si se puede saber?
-No lo conozco -le dije-. Sólo sé que se llama Pedro Páramo.
-¡Ah!, vaya.
-Sí, así me dijeron que se llamaba.
Oí otra vez el "¡ah!" del arriero.
Me había topado con él en Los Encuentros, donde se cruzaban varios caminos. Me estuve allí esperando, hasta que al fin apareció este hombre.
-¿A dónde va usted? -le pregunté.
-Voy para abajo, señor.
-¿Conoce un lugar llamado Comala?
-Para allá mismo voy.
Y lo seguí. Fui tras él tratando de emparejarme a su paso, hasta que pareció darse cuenta de que lo seguía disminuyó la prisa de su carrera. Después los dos íbamos tan pegados que casi nos tocábamos los hombros.
-Yo también soy hijo de Pedro Páramo -me dijo.
Una bandada de cuervos pasó cruzando el cielo vacío, haciendo cuar, cuar, cuar.
Después de trastumbar los cerros, bajamos cada vez más. Habíamos dejado el aire caliente allá arriba y nos íbamos hundiendo en el puro calor sin aire. Todo parecía estar como en espera de algo.
-Hace calor aquí -dije.
-Sí, y esto no es nada me contestó el otro-. Cálmese. Ya lo sentirá más fuerte cuando lleguemos a Comala. Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno. Con decirle que muchos de los que allí se mueren, al llegar al infierno regresan por su cobija.
-¿ Conoce usted a Pedro Páramo? - le pregunté.
Me atreví a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza.
-¿Quién es? -volví a preguntar.
-Un rencor vivo -me contestó él.
Y dio un pajuelazo contra los burros, sin necesidad, ya que los burros iban mucho más adelante de nosotros, encarrerados por la bajada.


Volvió a darme las buenas noches. Y aunque no había niños jugando, ni palomas, ni tejados azules, sentí que el pueblo vivía. Y que si yo escuchaba solamente el silencio, era porque aún no estaba acostumbrado al silencio; tal vez porque mi cabeza venía llena de ruidos y de voces.
De voces, sí. Y aquí, donde el aire era escaso, se oían mejor. Se quedaban dentro de uno, pesadas. Me acordé de lo que me había dicho mi madre: "Allá me oirás mejor. Estaré más cerca de ti. Encontrarás más cercana la voz de mis recuerdos que la de mi muerte, si es que alguna vez la muerte ha tenido alguna voz." Mi madre. . . la viva.
Hubiera querido decirle: " Te equivocaste de domicilio. Me diste una dirección mal dada. Me mandaste al ¿dónde es esto y dónde es aquello? A un pueblo solitario. Buscando a alguien que no existe. "
Llegué a la casa del puente orientándome por el sonar del río. Toqué la puerta; pero en falso. Mi mano se sacudió en el aire como si el aire la hubiera abierto. Una mujer estaba allí. Me dijo:
-Pase usted. -Y entré.
Me había quedado en Comala. El arriero, que se siguió de filo, me informó todavía antes de despedirse:
-Yo voy más allá , donde se ve la trabazón de los cerros. Allá tengo mi casa. Si usted quiere venir, será bienvenido. Ahora que si quiere quedarse aquí, ahí se lo haiga;. Y me quedé. A eso venía.
-¿Dónde podré encontrar alojamiento? -le pregunté ya casi a gritos.
-Busque a doña Eduviges, si es que todavía vive. Dígale que va de mi parte.
-¿Y cómo se llama usted?
-Abundio -me contestó. Pero ya no alcancé a oír el apellido.
-Soy Eduviges Dyada. Pase usted.
Parecía que me hubiera estado esperando. Tenía todo dispuesto, según me dijo haciendo que la siguiera por una larga serie de cuartos oscuros, al parecer desolados. Pero no; porque, en cuanto me acostumbré a la oscuridad y al delgado hilo de luz que nos seguía, vi crecer sombras a ambos lados y sentí que íbamos caminando a través de un angosto pasillo abierto entre bultos.
-¿ Qué es lo que hay aquí? -pregunté.
-Tiliches -me dijo ella -. Tengo la casa toda entilichada. La escogieron para guardar sus muebles los que se fueron, y nadie ha regresado por ellos. Pero el cuarto que le he reservado está al fondo. Lo tengo siempre descombrado por si alguien viene. ¿ De modo que usted es hijo de ella?
-¿De quién ? -respondí.
-De Doloritas.
-Sí ¿pero cómo lo sabe?
-Ella me avisó que usted vendría. Y hoy precisamente. Que llegaría hoy.
-¿ Quién? ¿ Mi madre?
-Sí. Ella.

Directivos y Alumnos de la Facultad de Ingeneria Eletromecanica de la Universidad de Colima Escuchando la Lectura en voz alta, 23 de Abril en el Centro de Tecnologia Educativa U de C.

lunes, 7 de mayo de 2012

5to. Maratón de Lectura. Termino un año más. Gracías a Todos los que participaron.




Octavio Paz Lozano,,Ciudad de México, 31 de marzo de 1914 - Ciudad de México, 19 de abril de 1998) fue un poeta, escritor, ensayista y diplomático mexicano, Premio Nobel de Literatura 1990.

Agua, Viento Piedra.
Octvio Paz.

El agua horada la piedra,
el viento dispersa el agua,
la piedra detiene al viento.
Agua, viento, piedra.

El viento esculpe la piedra,
la piedra es copa del agua,
el agua escapa y es viento.
Piedra, viento, agua.

El viento en sus giros canta,
el agua al andar murmura,
la piedra inmóvil se calla.
Viento, agua, piedra.

Uno es otro y es ninguno:
entre sus nombres vacíos
pasan y se desvanecen
agua, piedra, viento.


Octavio Paz es revivido en las voces de alumnos del taller de teatro del IUBAM ( Instituto Universitario de Bellas Artes de Manzanillo de la Universidad de Colima.

Poema Decir, Hacer de Octavio Paz

A Roman Jakobson
Entre lo que veo y digo,
Entre lo que digo y callo,
Entre lo que callo y sueño,
Entre lo que sueño y olvido
La poesía.
Se desliza entre el sí y el no:
dice
lo que callo,
calla
lo que digo,
sueña
lo que olvido.
No es un decir:
es un hacer.
Es un hacer
que es un decir.
La poesía
se dice y se oye:
es real.
Y apenas digo
es real,
se disipa.
¿Así es más real?
Idea palpable,
palabra
impalpable:
la poesía
va y viene
entre lo que es
y lo que no es.
Teje reflejos
y los desteje.
La poesía
siembra ojos en las páginas

Octavio Paz

Elegía interrumpida

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
Al primer muerto nunca lo olvidamos,
aunque muera de rayo, tan aprisa
que no alcance la cama ni los óleos.
Oigo el bastón que duda en un peldaño,
el cuerpo que se afianza en un suspiro,
la puerta que se abre, el muerto que entra.
De una puerta a morir hay poco espacio
y apenas queda tiempo de sentarse,
alzar la cara, ver la hora
y enterarse: las ocho y cuarto.

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
La que murió noche tras noche
y era una larga despedida,
un tren que nunca parte, su agonía.
Codicia de la boca
al hilo de un suspiro suspendida,
ojos que no se cierran y hacen señas
y vagan de la lámpara a mis ojos,
fija mirada que se abraza a otra,
ajena, que se asfixia en el abrazo
y al fin se escapa y ve desde la orilla
cómo se hunde y pierde cuerpo el alma
y no encuentra unos ojos a que asirse...
¿Y me invitó a morir esa mirada?
Quizá morimos sólo porque nadie
quiere morirse con nosotros, nadie
quiere mirarnos a los ojos.

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
Al que se fue por unas horas
y nadie sabe en qué silencio entró.
De sobremesa, cada noche,
la pausa sin color que da al vacío
o la frase sin fin que cuelga a medias
del hilo de la araña del silencio
abren un corredor para el que vuelve:
suenan sus pasos, sube, se detiene...
Y alguien entre nosotros se levanta
y cierra bien la puerta.
Pero él, allá del otro lado, insiste.
Acecha en cada hueco, en los repliegues,
vaga entre los bostezos, las afueras.
Aunque cerremos puertas, él insiste.

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
Rostros perdidos en mi frente, rostros
sin ojos, ojos fijos, vaciados,
¿busco en ellos acaso mi secreto,
el dios de sangre que mi sangre mueve,
el dios de yelo, el dios que me devora?
Su silencio es espejo de mi vida,
en mi vida su muerte se prolonga:
soy el error final de sus errores.

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
El pensamiento disipado, el acto
disipado, los nombres esparcidos
(lagunas, zonas nulas, hoyos
que escarba terca la memoria),
la dispersión de los encuentros,
el yo, su guiño abstracto, compartido
siempre por otro (el mismo) yo, las iras,
el deseo y sus máscaras, la víbora
enterrada, las lentas erosiones,
la espera, el miedo, el acto
y su reverso: en mí se obstinan,
piden comer el pan, la fruta, el cuerpo,
beber el agua que les fue negada.
Pero no hay agua ya, todo está seco,
no sabe el pan, la fruta amarga,
amor domesticado, masticado,
en jaulas de barrotes invisibles
mono onanista y perra amaestrada,
lo que devoras te devora,
tu víctima también es tu verdugo.
Montón de días muertos, arrugados
periódicos, y noches descorchadas
y amaneceres, corbata, nudo corredizo:
"saluda al sol, araña, no seas rencorosa..."








EL SELLO DEL TORO VS. EL ESPIRITU DE SHELLEY: UN DUELO DE FRANKENSTEIN

por Silvia Cano Garcia Película de Guillermo del Toro  humaniza y justifica a la criatura centrándoselas en temas modernos como la identidad...